Mi esposo José siempre anda inventando cosas y leyendo todo tipo de libros sobre productividad y técnicas de estudio.
Hace un tiempo, José se me acercó y me dijo, «Brenda. Mira este truquito que aprendí».
Y ahí fue donde conocí sobre el Truco de la Lamparita.
Quiero que sepas que lo que te voy a enseñar no es un truco de magia o algo místico que hará que tus hijos se sienten a estudiar.
Más bien es una introducción a la idea de que nuestro ambiente influye en nuestro humor y salud1. Además, es una manera creativa de inculcar en tus hijos buenos hábitos de estudios.
La Lamparita
Hace unos años, en una universidad de Estados Unidos, un grupo de científicos se preguntaron lo siguiente, “¿Cómo logramos que los estudiantes estudien más, aún estando en sus dormitorios?”
Muchos campus universitarios de EEUU les proveen a sus estudiantes habitaciones y espacios donde vivir. En otras palabras, los estudiantes viven en las instalaciones de la universidad.
En promedio, estas habitaciones miden entre 30 y 40 metros cuadrados2. Las habitaciones suelen tener baño, cama, cocina y una que otra mesa y sillas.
Todo está apiñado y a los estudiantes les resulta incómodo concentrarse ya que la cama suele estar justo detrás de ellos mientras tratan de estudiar.
Imagina tener una cama detrás de ti mientras estudias o trabajas. Estoy segura de que estos estudiantes pueden escuchar a sus camas diciéndoles, «Hey, tú. Sí te hablo a ti. Deja esos aburridos libros y vente pa’ ca. Estoy fría y cómoda como te gusta.»
Por tanto, lograr que un universitario estudie podría resultar una tarea compleja bajo estas condiciones.
¿Qué hicieron para lograr que los estudiantes estudien más?
En ocasiones, la solución más simple y tonta puede ser la ideal.
Los científicos les pidieron a los estudiantes que encendieran una lamparita antes de ponerse a estudiar, con la condición de que esté encendida cuando estén estudiando. Por tanto, el estudiante tenía que apagar la lamparita cada vez que se parara a buscar agua, o a tomar una llamada o a ir al baño, y encenderla cuando inicie nuevamente a estudiar.
Para sorpresa de los científicos – y para los mismos estudiantes -, los estudiantes estudiaron más y lograron superar sus notas. Y todo gracias a este simple cambio de ambiente.
Encender la lamparita se convirtió en la pequeña chispa que encendió sus cerebros. Los estudiantes llegaron a asociar la lamparita encendida con estudiar y estar enfocados. Algo que resultó en el aumento de su productividad y capacidad de enfoque.
¿Cómo puedes lograr que tus hijos estudien más?
Es bastante difícil lograr que tus hijos inicien a estudiar. Y también lo es para nosotros.
La idea principal del truco de la lamparita es lograr que tus hijos inicien a estudiar y logren enfocarse con mayor facilidad.
Encender la lamparita es, por tanto, una manera simple de lograrlo.
Acércate a ellos y diles que quieres ponerles un reto. Háblales sobre el truco de la lamparita y explícales que el juego consiste en mantenerse estudiando –o leyendo– mientras esté encendida la lamparita. Si gustas, ofréceles alguna recompensa por su esfuerzo.
Ten pendiente que el tiempo de estudio dependerá de las edades de tus hijos. Si no tienen hábitos de estudio, un buen tiempo inicial es entre 5 y 10 minutos. Y comienza a aumentar el tiempo según vayan avanzando. Recuerda que deben mantener la lamparita encendida durante este tiempo.
¿Qué otras herramientas pudieras “encender” para motivar a tus hijos iniciar a estudiar?
Este es uno de los tantos trucos que vamos a incluir en nuestro ebook Aprender a Aprender. ¡Suscríbete en nuestro newsletter, porque así podrás recibir más trucos y técnicas!
Referencias
- Lehrer, Jonah. (30 de Abril de 2011). Building a Thinking Room. The Wall Street Journal. Recuperado de https://on.wsj.com/2LEIbq3
- (2 de Agosto de 2017). Average Dorm Room Size. Dorm Stormer. Recuperado de http://dormstormer.com/average-dorm-room-size